lunes, 30 de julio de 2012

EL COLPORTAJE COMO EDUCACION PARA EL MINISTERIO


Una de las mejores maneras en que los jóvenes pueden hacerse idóneos para el ministerio es la de entrar en el campo de colportaje. Vayan ellos a las ciudades y pueblos para vender los libros que contienen la verdad para este tiempo. En esta obra encontrarán oportunidades de hablar palabras de vida, y las semillas de verdad que siembran brotarán para dar fruto. Al encontrarse con la gente y presentarle nuestras publicaciones, obtendrán una experiencia que no conseguirían por la predicación. 

Cuando los jóvenes entren en el campo del colportaje llenos de un intenso anhelo de salvar a sus semejantes, se cosechará una mies para el Señor como resultado de sus esfuerzos. Salgan, pues, como misioneros, para proclamar la verdad presente, orando constantemente por más luz, y por la dirección del Espíritu, a fin de que sepan decir palabras en sazón a los cansados. Aprovechen toda oportunidad de hacer actos de bondad, recordando que están haciendo diligencias para el Señor. 

Todos los que deseen tener oportunidad de servir de veras, y que quieran entregarse sin reserva a Dios, encontrarán en el colportaje oportunidad de hablar de muchas cosas relativas a la vida inmortal futura. La experiencia así adquirida será del mayor valor para aquellos que se están preparando para el ministerio. 

Es la presencia junto a ellos del Espíritu Santo lo que prepara a los obreros de ambos sexos, para ser pastores del rebaño de Dios. Al albergar el pensamiento de que Cristo es su compañero, sentirán un santo temor, un gozo sagrado, en todas sus experiencias penosas y en todas sus pruebas. Aprenderán a orar a medida que trabajen. Se educarán en paciencia, bondad, afabilidad y utilidad voluntaria. Pondrán en práctica la verdadera cortesía cristiana, teniendo presente que Cristo, su compañero, no puede aprobar las palabras o los sentimientos duros y carentes de bondad. Sus palabras serán purificadas. Considerarán el don de la palabra como talento precioso, a ellos prestado para hacer una obra elevada y santa. 

El agente humano aprenderá a representar al Compañero divino con quien está asociado. Manifestará respeto y reverencia hacia aquel Ser santo, porque lleva su yugo y está aprendiendo sus caminos puros y santos. Aquellos que tengan fe en su Acompañante divino progresarán en todo sentido. Serán dotados de poder para revestir el mensaje de verdad con una hermosura sagrada. -"Testimonies for the Church," tomo 6, pág. 322. 

Proseguid, jóvenes, tratando de conocer al Señor, y sabréis que "como el alba está aparejada su salida."como el alba está aparejada su salida."Ose. 6: 3. Tratad constantemente de progresar. Esforzaos ardorosamente por obtener un íntimo compañerismo con el Redentor. Vivid por fe en Cristo. Haced la obra que él hizo. Vivid para salvar las almas por las cuales él dió su vida. Tratad de ayudar de toda manera a aquellos con quienes os relacionéis. . . . 102 (Nota: Ose. 6: 3.*) 

"Hablad con vuestro Hermano mayor, quien completará vuestra educación renglón tras renglón, precepto tras precepto, un poco aquí un poco allí. Una íntima relación con Aquel que se ofreció en sacrificio para salvar un mundo que perecía, os hará obreros aceptables.- "Testimonies for the Church." tomo 6, pág. 416." 

"El ideal que Dios tiene para sus hijos supera en altura al más elevado pensamiento humano. El blanco a alcanzarle es la piedad, la semejanza a Dios. Ante el estudiante se abre un camino de progreso continuo. Tiene que alcanzar un objeto, lograr una norma que incluye todo lo bueno, puro y noble. Progresará tan rápidamente e irá tan lejos como fuere posible en todos los ramos del verdadero conocimiento. -"La Educación," pág. 16." 

"El camino que Dios proveyó es tan completo, tan perfecto, que el hombre no puede, por ninguna obra suya, añadir nada a su perfección. Es suficientemente ancho para recibir al más empedernido pecador, si se arrepiente de veras, y sin embargo, tan estrecho que en él el pecado no puede hallar cabida. Tal es la senda trazada para que anden en ella los redimidos del Señor.


Por 
Elena G. de White "Colportaje como educación para el ministerio" en Obreros Evangélico.

jueves, 26 de julio de 2012

¿Qué Comprende la Verdadera Educación?


La verdadera educación significa más que seguir cierto curso de estudios. Es amplia. Incluye el desarrollo armonioso de todas las facultades físicas y mentales. Enseña a amar y temer a Dios, y es una preparación para el fiel cumplimiento de los deberes de la vida (Consejos para los Maestros, pág. 53). 

Incluye no solamente la disciplina mental, sino el adiestramiento que asegure una moral sana y un comportamiento correcto (Id., pág. 252). 

La primera gran lección de toda educación, consiste en conocer y comprender la voluntad de Dios. Debemos hacer en cada día de la vida el esfuerzo para obtener este conocimiento. Aprender la ciencia por la sola interpretación humana es obtener una falsa educación; pero el aprender de Dios y de Cristo es conocer la ciencia del cielo. La confusión que se nota en la educación proviene de que la sabiduría y el conocimiento de Dios no han sido ensalzados (Id., pág. 342). 

En semejante momento, ¿cuál es la tendencia de la educación dada? ¿A qué motivo se dirige más a menudo? A la complacencia del yo. Gran parte de la educación dada es una perversión del arte pedagógico. La verdadera educación es una influencia que contrarresta la ambición egoísta, el anhelo de poder, la indiferencia hacia los derechos y las necesidades de la humanidad, que constituyen una maldición de nuestro mundo. El plan de vida de Dios tiene un lugar para cada ser humano. Cada uno debe perfeccionar sus talentos hasta lo sumo y la fidelidad con que hace esto, sean pocos o muchos los dones, es lo que le da derecho a recibir honor. En el plan de Dios no tiene cabida la rivalidad egoísta. Los que se miden entre sí mismos y se comparan consigo mismos "son faltos de buen sentido" (2 Cor. 10: 12). Cualquier cosa que hagamos debe ser hecha "como del poder que suministra Dios" (1 Ped. 4: 11); "de corazón, como para el Señor, y no para los hombres; sabiendo que de parte del Señor recibiréis el galardón de la herencia; pues servís a Cristo, el Señor" (Col. 3: 23, 24). Son preciosos el servicio prestado y la educación obtenida al poner en práctica estos principios. Pero ¡cuán diferente es una gran parte de la educación que ahora se da! Desde los primeros años de la vida del niño, es un estímulo a la emulación y la rivalidad; fomenta el egoísmo, raíz de todo mal (La Educación, págs. 221, 222). 

El sistema de educación instituido al principio del mundo, debía ser un modelo para el hombre en todos los tiempos. Como una ilustración de sus principios se estableció una escuela modelo en el Edén, el hogar de nuestros primeros padres. El jardín del Edén era el aula, la naturaleza el libro de texto, el Creador mismo era el Maestro, y los padres de la familia humana los alumnos (Id., pág. 17). 

En la educación de sus discípulos, el Salvador siguió el sistema de educación establecido al principio. Los primeros doce escogidos, junto con unos pocos que, por el alivio de sus necesidades estaban de vez en cuando en relación con ellos, formaban la familia de Jesús. Estaban con él en la casa, a la mesa, en el retiro, en el campo. Lo acompañaban en sus viajes, compartían sus pruebas y tareas, y, hasta donde podían, tomaban parte en su trabajo. 

A veces les enseñaba cuando estaban sentados en la ladera de la montaña; a veces, junto al mar o desde la barca de un pescador; otras, cuando iban por el camino. Cada vez que hablaba a la multitud, los discípulos formaban el círculo más cercano a él. se agolpaban en torno a él para no perder nada de sus instrucción. Eran oidores atentos, anhelosos de comprender las verdades que debían enseñar en todos los países y a todas las edades (Id., págs. 80, 81) 

En la niñez y en la juventud la instrucción práctica debiera combinarse con la teórica y la mente debiera quedar provista de conocimientos. . . . 

Debiera enseñarse a los hijos para que tengan parte en los deberes domésticos. Debiera instruírselos para que ayuden al padre y a la madre en las pequeñas cosas que pueden hacer. Su mente debiera ser cultivada para que piense, debiera emplearse su memoria para que recuerde las tareas que se le asignan; y al educárselos en hábitos de utilidad en el hogar, se los está educando para realizar los deberes prácticos que convienen para su edad (Fundamentals of Christian Education, págs. 368, 369). 

La clase de educación que hará idóneos a los jóvenes para la vida práctica, no es la que eligen comúnmente. Ellos insisten en sus deseos, sus gustos y disgustos, sus preferencias e inclinaciones; pero si sus padre, tienen una visión correcta de Dios, de la verdad y de las influencias y compañías que deben rodear a sus hijos, sentirán que sobre ellos descansa la responsabilidad confiada por Dios de guiar cuidadosamente a los jóvenes inexpertos (Consejos para los Maestros, pág. 102). 

Incúlquese en los jóvenes el pensamiento de que la educación no les ha de enseñar a esquivar las tareas desagradables ni las cargas pesadas de la vida; que su propósito es hacer más liviano el trabajo mediante la enseñanza de mejores métodos y blancos más elevados. Enseñadles que el verdadero blanco de la vida no es obtener toda la ganancia posible para sí, sino honrar a su Hacedor haciendo su parte en el trabajo del mundo y ayudando a los que son más débiles y más ignorantes (La Educación, pág. 217). 

Más que ningún otro agente, el servir por amor a Cristo en las cosas pequeñas de la vida diaria tiene poder para formar el carácter y para dirigir la vida por el camino del servicio abnegado. Despertar este espíritu, fomentarlo y encauzarlo debidamente es la obra de padres y maestros. No podría encomendárselas obra más importante. El espíritu de servicio es el espíritu del cielo, y en cada esfuerzo que se haga para fomentarlo y alentarlo puede contarse con la cooperación de los ángeles. 

Una educación tal debe basarse en la Palabra de Dios. Sólo en ella se exponen plenamente los principios de la educación. Debe hacerse de la Biblia el fundamento del estudio y de la enseñanza. El conocimiento esencial es el conocimiento de Dios y de Aquel a quien envió (El Ministerio de Curación, pág. 312). 

La educación moral está por encima de la cultura intelectual. Los niños necesitan grandemente la debida educación, a fin de poder ser útiles en el mundo. Pero cualquier esfuerzo que ensalce la cultura intelectual por encima de la moral, va descaminado. 277 Instruir, cultivar, pulir y refinar a los jóvenes y los niños, debiera ser la preocupación principal de padres y maestros (Consejos para los Maestros, pág. 67). 

La más alta educación es la que imparte un conocimiento y una disciplina que conducen a un mejor desarrollo del carácter, y prepara al alma para aquella vida que se mide con la vida de Dios. En nuestros cálculos no debe perderse de vista la eternidad. La más alta educación es la que enseña a nuestros niños y jóvenes la ciencia del cristianismo, la que les da un conocimiento experimental de los caminos de Dios, y les imparte las lecciones que Cristo dio a sus discípulos, acerca del carácter paternal de Dios (Id., pág. 37). 

Hay una época para desarrollar a los niños, y otra para educar a los jóvenes; es esencial que en la escuela se combinen ambas en extenso grado. Se puede preparar a los niños para que sirvan al pecado, o para que sirvan a la justicia. La primera educación de los jóvenes amolda su carácter, tanto en su vida secular como en la religiosa. Salomón dice:" "Instruye al niño en su carrera: aun cuando fuere viejo no se apartará de ella" "(Prov. 22: 6). Este lenguaje es positivo. La preparación que Salomón recomienda consiste en dirigir, educar y desarrollar. Para hacer esta obra, los padres y los maestros deben comprender ellos mismos el "camino" por el cual debe andar el niño. Esto abarca más que tener simplemente un conocimiento de los libros. Abarca todo lo que es bueno, virtuoso, justo y santo. Abarca la práctica de la templanza, la piedad, la bondad fraternal y el amor mutuo y hacia Dios. A fin de alcanzar este objeto, debe recibir atención la educación física, mental, moral y religiosa de los niños (Joyas de los Testimonios, tomo 1, pág. 314). 

Sobre los padres y las madres descansa la responsabilidad de dar una educación cristiana a los hijos que les han sido confiados. En ningún caso deben permitir que ninguna ocupación absorba de tal modo su tiempo y sus talentos que su hijos queden a la deriva hasta que se separen de Dios. No han de permitir que sus hijos caigan en las manos de incrédulos. 

Han de hacer todo lo que está en su poder para apartarlos del seductor espíritu del mundo. Han de prepararlos para que lleguen a ser colaboradores con Dios. Han de ser la mano humana de Dios que los prepare a ellos y a sus hijos para una vida eterna (Fundamentals of Christian Education, pág. 545). 

Padres cristianos, por amor de Cristo, ¿no examinaréis vuestros deseos, vuestros propósitos para vuestros hijos y comprobaréis si soportarán la prueba de la ley de Dios? La educación más esencial es la que les enseña el amor y el temor de Dios (Review and Herald, 24-6-1890). 

La educación que ha de durar tanto como la eternidad es casi por completo descuidada y considerada como anticuada y poco deseable. La educación de los niños para que emprendan la obra de edificar el carácter, teniendo en cuenta su bien presente, su paz y felicidad presente, y para guiar sus pasos en el sendero señalado para los redimidos del Señor, es considerada como pasada de moda y por lo tanto como no esencial. A fin de que vuestros hijos entren por las puertas de la ciudad de Dios como vencedores, deben ser educados en el temor de Dios y en la observancia de sus mandamientos en la vida actual (Fundamentals of Christian Education, pág. 111). 

Nuestro trabajo en esta vida es una preparación para la vida eterna. La educación empezada aquí no se completará en esta vida, sino que ha de continuar por toda la eternidad, progresando siempre, nunca completa. La sabiduría y el amor de Dios en el plan de la redención se nos revelarán más y más cabalmente. El Salvador, al llevar a sus hijos a las fuentes de aguas vivas, les concederá ricos caudales de conocimiento. Y día tras día las maravillosas obras de Dios, las pruebas de su poder en la creación y el sostenimiento del universo, se manifestarán a la mente en nueva belleza. A la luz que resplandece del trono, desaparecerán los misterios, y el alma se llenará de admiración ante la sencillez de las cosas que nunca antes comprendiera (El Ministerio de Curación, pág. 371).

Por

Elena G. de White en Conducción del niño, capítulo 50.

lunes, 16 de julio de 2012

COMIENZOS DE LA HISTORIA EDUCATIVA EN LOS ESTADOS UNIDOS


TRIUNFA ESA IGLESIA que rompa el yugo de la educación mundana, y que desarrolle y practique los principios de la educación cristiana.

“Ahora, como nunca antes, necesitarnos entender la verdadera ciencia de la educación. Si dejamos de entender esto, nunca tendremos un lugar en el reino de Dios.” (Elena White, Mente, carácter y Personalidad, p.53. 1897]) “La ciencia de la verdadera educación es la verdad… El mensaje del tercer ángel es verdad.” (JT2. Pág. 412). Se sobreentiende que todo Adventista del Séptimo Día cree que la educación cristiana y el mensaje del tercer ángel son la misma verdad. Las dos son tan inseparables como lo son las raíces, el  tronco y las ramas de un árbol.
El objetivo de estos estudios es ofrecer una mejor comprensión de la causa de la decadencia y la caída moral de las denominaciones protestantes durante el período del clamor de Media Noche en el 1844, y para ayudarnos como Adventistas del Séptimo-Día a evitar sus errores mientras nosotros nos aproximamos al fuerte clamor, que pronto se deberá dar al mundo.
UN BREVE ESTUDIO de la historia de las denominaciones protestantes muestra que su caída espiritual en el 1844 fue el resultado de su falla en no “entender la verdadera ciencia de la educación”. Su falla de no entender y practicar la educación cristiana, los descalificó para proclamar al mundo el mensaje de la segunda venida de Cristo. La denominación Adventista del Séptimo-Día fue entonces llamada a la existencia para tomar la obra que las iglesias populares habían fallado entrenar a sus misioneros a hacerla. Las denominaciones protestantes no pudieron dar el mensaje del tercer ángel, un movimiento de reforma, el cual es una advertencia contra la bestia y su imagen, porque todavía estaban apegándose a aquellas doctrinas y aquellos principios de educación que en sí mismos conforman la bestia y su imagen. Es importante que los jóvenes Adventistas del Séptimo-Día estudien seriamente las causas de la decadencia espiritual de estas iglesias en 1844, no sea que repitamos su historia, y seamos desechados por el espíritu de Dios, y así perder nuestro lugar en el Reino. Si los Adventistas del Séptimo-Día triunfan donde ellos fracasaron, debemos tener un sistema educativo que repudie aquellos principios que en sí mismo desarrollan la bestia y su imagen. ‘‘Y estas cosas les acontecieron como ejemplo y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.” (1 Cor. 10:11).
EL PROTESTANTISMO, nacido en el siglo dieciséis, estaba casi perdiendo su luz en Europa. Entonces Dios les preparó una nueva tierra, la futura nación de Estados Unidos, como una cuna para la protección y el desarrollo de aquellos principios, y desde este país debe ir adelante el mensaje final mundial que anuncia el retorno del salvador.
“El deseo de tener libertad de conciencia fue lo que dio valor a los peregrinos para exponerse a los peligros de un viaje a través del mar, para soportar las privaciones y riesgos de las soledades selváticas y con la ayuda de Dios echar los cimientos de una gran nación en las playas de América… La Biblia era considerada como la base de la fe, la fuente de sabiduría y la carta magna de la libertad. Sus principios eran cuidadosamente enseñados en los hogares, en las escuelas y en las iglesias; y sus frutos se hicieron manifiestos, en lo que se ganó en inteligencia, en pureza y en templanza.... quedaba demostrado que los principios de la Biblia son los más eficaces salvaguardias de la grandeza nacional.” Elena White, El Conflicto de los Siglos, pág. 336, 341.
ESTOS REFORMADORES, al llegar a América, renunciaron a las doctrinas papales en la iglesia y el estado, pero retuvieron el sistema Papal de educación. “A la vez que los reformadores rechazaban el credo de Roma, no estaban ellos mismos libres por completo del espíritu de intolerancia de ella” (White, Conflicto de los Siglos, 337). “No obstante haber renunciado al romanismo, los reformadores ingleses conservaron muchas de sus formas.” Algunos “Las consideraban como símbolos de la esclavitud de que habían sido libertados y a la cual no tenían ganas de volver... Muchos deseaban ardientemente volver a la pureza y sencillez que caracterizaba a la iglesia primitiva. . . Inglaterra había dejado de ser lugar habitable…Algunos decidieron refugiarse en Holanda. A fin de lograrlo tuvieron que sufrir pérdidas, cárceles y mil dificultades... En su fuga habían tenido que abandonar sus casas, sus bienes y sus medios de subsistencia... Pero no obstante se acomodaron animosamente a la situación y no perdieron tiempo en la ociosidad ni en quejas inútiles. . .Comprenderían que eran peregrinos…Aunque vivían en el destierro y en medio de contratiempos, crecían su amor y su fe; confiaban en las promesas del Señor, el cual no los olvida en tiempo de la prueba. Sus ángeles estaban a su derredor para animarlos y sostenerlos. Y cuando les pareció ver la mano de Dios señalándoles hacia más allá del mar una tierra en donde podrían fundar un estado, y dejar a sus hijos el precioso legado de la libertad religiosa, avanzaron sin miedo por el camino que la Providencia les indicaba... En cuanto se vieron obligados a separarse de la iglesia Anglicana, los puritanos se unieron en solemne pacto como pueblo libre del señor para ‘andar juntos en todos sus caminos que les había hecho conocer, o en los que él les notificase.’ En esto se manifestaba el verdadero espíritu de la Reforma, el principio esencial del protestantismo” (Conflicto de los Siglos, 333-335).
EL SISTEMA EDUCATIVO de la iglesia, que los había echado de su tierra nativa, fue uno de los errores más serios de los cuales los puritanos fallaron en apartarse. Este sistema de educación mientras que era Papal en espíritu, era, en cierto grado, protestante en su forma.  El historiador escribe de las escuelas de los puritanos en el nuevo mundo, que sus cursos estaban “acomodados al currículo contemporáneo de la Universidad. Ellos enseñaban mucho latín y griego, un extenso curso en matemáticas y era fuertes por lo regular en el área de las humanidades... Esto era una modelo tomado de Rugby, Eton, y otras escuelas inglesas notables.” Otra vez leemos, “Las raíces de este sistema se hallaban profundizadas en el gran sistema eclesiástico.” “Desde su entrenamiento inicial,” Dunster, uno de los primeros presidentes de Harvard, “ampliamente diseñó el curso de Harvard según el modelo de las Universidades Inglesas.” Copiaron tan fielmente el modelo inglés —Cambridge University— que se los llamó por el mismo nombre, y el historiador escribió de Harvard, “en varias casos los jóvenes en la madre patria eran enviados a la Cambridge Americana  a finalizar su educación”. Bonne, disertando acerca de los cursos de estudio de la universidad William y Mary antes de la revolución, dice: “todas eran de modelo británico.” Y de la Universidad de Yale, que comenzó más tarde, se dice: “las reglas en su mayor parte eran las mismas de Harvard, como también lo eran sus cursos de estudios.” La más joven copió de la más vieja. Es muy natural que la Universidad de Yale se estableciera según el sistema papal inglés, porque su fundador, Elihu Yale, había pasado veinte años en las escuelas inglesas. “Veinte años pasó en las escuelas y en estudio especial”. (Bonne, Pág. 24-40).
Los Adventistas del Séptimo-Día no debería permitir que este hecho escape de su atención: las tres escuelas principales de las colonias inglesas fueron establecidas por hombres que habían huido de las doctrinas Papales del viejo mundo; pero estos educadores, a causa de su preparación en estas escuelas Papales y a su ignorancia de la relación entre la educación y la religión, formaron inconscientemente sus instituciones según el sistema educativo de la iglesia de las cuales se habían retirado.
Es sorprendente que estos Reformadores Ingleses, después de sacrificarse como lo hicieron por una causa digna, permitieran que un sistema de educación, tan inadecuado para todos sus propósitos, sea en realidad la nodriza de sus niños, de cuyos pechos estos niños sacaban sus alimentos. No se daban cuenta que el carácter y la experiencia cristiana de estos niños dependía de la naturaleza del alimento recibido. Si hubieran entendido la relación de la educación de los niños a la experiencia del mismo individuo en la iglesia, no hubieran adoptado este sistema de educación Papal, sino que lo habrían arrojado en conjunto como demasiado peligroso para ser tolerado dentro de los límites del protestantismo.
ALGUNOS DATOS de la historia educativa aclararán la declaración de que el sistema de educación en las universidades de Oxford, Cambrige, Eton y Rugby era papal y que los reformadores de la Nueva Inglaterra, amoldando sus escuelas a la imagen de estos patrones, estaban sembrando el sistema de educación Papal en América. Laurie dice: “Oxford y Cambridge se amoldaron mayormente según Paris. Un gran número de maestros y sus alumnos dejaron a París... De esta manera la porción inglesa de la Universidad (de París) fueron a Oxford y a Cambrídge.” La relación de la Universidad de Paris, la madre de Cambridge y de Oxford, con el papado se expresa de la siguiente manera: “Era debido a que esta era el centro de la enseñanza teológica que recibía tantos privilegios del Papa, y fue mantenida en relación estrecha con la cede papal. (Lauruic, pp.153,162,242).
LUTERO Y MELANCHTON, los grandes reformadores del siglo dieciséis, entendieron claramente que era imposible tener una reforma religiosa permanente sin educación cristiana. Así que no solamente dieron atención a las doctrinas del papado, sino que también desarrollaron un sistema fuerte de escuelas cristianas. Melanchton decía: “Descuidar a los jóvenes en nuestras escuelas es simplemente como sacarle la primavera al año. Quienes permitan que las escuelas decaigan sacan verdaderamente la primavera del año, porque la religión no se puede mantener sin ellas”. “Melanchton dirigía firmemente sus esfuerzos al avance de la educación y a la edificación de buenas escuelas cristianas...En la primavera de 1525, con la ayuda de Lutero, reorganizó las escuelas de Eisleben y de Magdeburg.” El declaró “La causa de la verdadera educación es la causa de Dios”. (Melanchton, p.81).
“En 1528 Melanchton redactó el ‘Plan para las escuelas Sajonas,’ que sirvió como la base de organización para muchas escuelas por toda Alemania.” Este plan tenía que ver con el asunto de un “sin número de estudios que no sólo eran infructuosos sino incluso perniciosos... El maestro no deberían cargar a los niños con demasiados libros”. (Painter, p. 152).  Estos reformadores se dieron cuenta que la fuerza de la iglesia papal descansaba en su sistema educativo, y le infligieron un golpe triturador a este sistema e, hiriéndolo, trajeron a la iglesia papal a sus rodillas. Los reformadores establecieron un sistema de escuelas cristianas que hacían de los niños verdaderos protestantes. Esta maravillosa revolución en educación y religión fue realizada en una generación, en el breve espacio de la vida de un hombre.
Para dar una idea del poder de aquel gran movimiento educacional cristiano, el historiador, hablando de varios países Europeos dice: “La nobleza de ese país estudió en Wittenberg — todas las universidades del país se llenaron protestantes... no más de la tercera parte de la población siguió siendo católica…ellos apartaron también a sus hijos de las escuelas católicas. Los habitantes de Maniz no vacilaron en enviar sus niños a las escuelas protestantes. Las ideas protestantes extendieron sus energías vivificantes hasta los rincones más remotos y olvidados de Europa. Qué dominio tan inmenso habían conquistado dentro del espacio de cuarenta años...... Veinte años habían transcurrido en Viena desde que sólo un estudiante había tomado la orden sacerdotal de la Universidad... Durante este período los maestros en Alemania eran todos, casi sin excepciones, protestantes. Todo la gente de la generación naciente se sentó a sus pies y absorbió un odio al papa con los primeros rudimentos del aprendizaje.” (Von Ranke, P. 135).
Después de la muerte de Lutero y Melaichton, los teólogos, en cuyas manos cayó la obra de la reforma, en lugar de multiplicar las escuelas cristianas, se enfrascaron en el mero tecnicismo de la teología, pasando por alto la obra más grande del siglo. Vendieron su primogenitura por un plato de lentejas. Cuando los sucesores de Lutero y Melanchton fallaron en continuar aquella obra constructiva que se centraba en la educación de los jóvenes, quienes serían los misioneros del futuro y los pilares de la iglesia, surgió una discordia interna. Gastaron su tiempo criticando los puntos de vista de algunos de sus colaboradores que diferían con ellos en algunos puntos teológicos sin importancia. De esta manera llegaron a ser destructores en lugar de ser constructores. Pusieron mucha atención a las doctrinas y gastaron la mayor parte de su energía preservando la ortodoxia. Cristalizaron sus doctrinas en un credo; dejaron de progresar, y perdieron el espíritu de la educación cristiana, que era el aceite de sus lámparas. El protestantismo se degeneró en una ortodoxia muerta y se fraccionaron en bandos opositores. La iglesia protestante, quedando así debilitada, no pudo resistir el poder portentoso de la educación papal rejuvenecida.
EL EXITO DE LOS REFORMADORES se había logrado gracias a su control de la gente joven a través de su sistema educativo. Las escuelas papales quedaron casi abandonadas durante la actividad de Lutero y Melanchton. Pero cuando estos reformadores murieron y sus sucesores se interesaron más en la teología abstracta que en la educación cristiana, y gastaron su tiempo, su energía y el dinero de la iglesia en predicar y escribir sobre teología abstracta, el sistema escolar papal, recuperándose, se levantó a una lucha de vida o muerte contra la iglesia protestante. El papado se dio cuenta que la existencia misma de la iglesia papal dependía de una victoria sobre las escuelas protestantes. Nos sorprende el talento y el tacto que los educadores papales usaron en su ataque, y de la rapidez con que ganaron la victoria. Esta experiencia debe ser una lección objetiva para los Adventistas del Séptimo-Día para siempre.
UNA ESCUELA CRISTIANA ANIMADA POR EL ESPÍRITU PAPAL. — Los ojos de los sucesores de Lutero y Melanchton estaban cegados. No entendieron “la verdadera ciencia de la educación”. No vieron su importancia, ni entendieron la dependencia del carácter de la educación. “El verdadero propósito de la educación es restaurar la imagen de Dios en el alma.” (Elena White, Patriarcas y Profetas, p. 645). Satanás le sacó ventaja a esta ceguera para hacer que algunos de sus propios educadores, como lobos vestidos de oveja, devoraran a los corderos. John Sturm fue el primero de estos lobos, quien era considerado ser un buen protestante por estos reformadores ciegos. Sturm introdujo prácticamente el sistema entero de educación papal en las escuelas protestantes de Estrasburgo. Y como él pretendía ser protestante, los sucesores de Lutero miraron con agrado su esquema educativo completo. Fue considerado por los así llamados reformadores como el más grande educador de la época, y su escuela llego a ser tan popular entre protestantes que fue tomada como el modelo para las escuelas protestantes de Alemania, y su influencia se extendió a Inglaterra, y desde ahí hasta a América. “Nadie que esté familiarizado con la educación que se impartía  hace cuarenta años en nuestras escuelas clásicas principales — Eton, Winchester, y Westniinster —, puede dejar de ver que su currículo estaba formado en mayor parte de acuerdo al modelo de Sturn.” El historiador dice que la ambición de Sturm era “reproducir a Grecia y a Roma en medio de la civilización Cristiana.” (Panter, Pag. 163).
ESTE LOBO DOCENTE, vestido con lana cristiana, hizo un gran daño a los corderos del rebaño, e hizo posible la victoria papal. El más peligroso de todos los enemigos de una iglesia es una escuela propia, cristiana de profesión, con “algunos maestros y administradores, convertidos sólo a medias… que están acostumbrados a los métodos populares…que ceden en algunas cosas y hacen reformas a medias, prefiriendo trabajar de acuerdo a sus propias ideas” (Joyas de los testimonios, tomo 2, p. 419), quienes paso a paso, avanzan hacia una educación mundana, llevando consigo a los corderos inocentes. En el día del juicio será más fácil para aquel hombre que ha sido frío y enemigo a la clara de un movimiento de reforma que para aquel que profesa ser pastor de ovejas pero que ha sido un lobo vestido de oveja, quien engaña a los corderos  hasta que son incapaces de salvarse así mismo. Este es el golpe magistral del diablo para echar abajo la obra de Dios en el mundo, y no existe una obra más difícil de contrarrestar. Ninguna otra forma del mal es denunciada tan fuertemente con las palabras. “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente; ojalá fueses frío o caliente. Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitará de mí boca”. (Apoc. 3:15,16).
LA ESCUELA DE STURM estaba a mitad de camino entre las escuelas cristianas de Lutero y Melanchton y las escuelas papales que lo rodeaban. Esta ofrecía una mezcla de literatura clásica, medieval con una rebanada delgada de las Escrituras, introducida para causar impresión, y condimentada con las doctrinas de la iglesia. Su plan estudio no era práctico; sus métodos de instrucción era mecánico; se exaltaba el aprender las cosas de memoria; su gobierno era arbitrario y empírico. “Un conocimiento muerto de palabras tomó el lugar de un conocimiento vivo de las cosas... Los alumnos eran obligados a aprender, pero no fueron educados para oír y ver, para pensar y probar, y no fueron guiados a una independencia verdadera y a una perfección personal. Los maestros encontraban su función en enseñar el texto prescrito, no desarrollando armoniosamente el ser humano joven de acuerdo con las leyes de la naturaleza.” (Painter, History of Education, p. l56). Macaulay, hablando de este sistema de educación, añade: “prometieron lo que no era práctico: rechazaron lo que era práctico. Llenaron el mundo con palabras largas y barbas largas, y lo dejaron tan ignorante y tan depravado como lo encontraron”. (Macaulay Bacon, p. 379).
LAS ESCUELAS JESUITAS. — Este estudio debe dejar claro que los maestros protestantes debilitaron y descalificaron a las denominaciones protestantes para el ataque hecho por el papado a través del contra sistema de educación introducido por Loyola, fundador de la orden de los Jesuitas. Anterior a esto, la iglesia católica se dio cuenta de su debilidad para contrarrestar el gran movimiento del protestantismo, inaugurado por miles de misioneros entrenados en las escuelas cristianas de Lutero y Melanchton. El papado reconoció el punto vulnerable del protestantismo al notar el regreso de la Iglesia protestante a la ortodoxia muerta bajo el liderazgo deficiente de los sucesores de Lucero.
LA ORDEN BE LOS JESUITAS Funda su misión especial en combatir la reforma. Eligió como blanco controlar la educación, como el medio más efectivo de detener los progresos del protestantismo. “Desarrolló una actividad educacional inmensa” en países protestantes. y ganó para sus escuelas una gran reputación..., paró el progreso de la reforma más que ningún otro medio, e incluso tuvo éxito en recuperar territorio que ya había sido conquistado por el protestantismo. . .trabajó principalmente a través de sus escuelas, de las cuales estableció y controló un gran número. Cada miembro de la orden llegaba a ser un maestro competente y práctico”. (Painter, History of education, p. 166).
LOS SIGUIENTES MÉTODOS de enseñanza son característicos de las escuelas jesuitas: “Se cultivaba la memoria como un medio de impedir la libre actividad del pensamiento y la Claridad de juicio”. En el lugar de la autonomía [auto gobierno] “sus métodos de disciplina eran un sistema de desconfianza mutua, espionaje, y de delatación recíproca. La obediencia implícita exoneraba a los alumnos de toda responsabilidad referente a la justificación moral de sus hechos.” (Rosencranz, p. 270). “Los jesuitas hicieron uso abundante de la competencia y la rivalidad. El que sabía provocar la competencia o la rivalidad había encontrado el auxiliar más poderoso para su enseñanza. Nada sería más honorífico que dejar atrás a un compañero estudiante, y nada sería más deshonroso que ser superado o dejado atrás. Se distribuirían premios al mejor estudiante con la solemnidad más grande. . .Buscaba resultados ostentosos con los cuales deslumbrar al mundo; un desarrollo armonioso cabal no era nada... Los jesuitas no trataron de desarrollar todas las facultades de sus alumnos, sino tan solo las facultades reproductivas y receptivas”. Cuando un estudiante “lograra hacer una exhibición brillante de los recursos de una memoria bien abastecida, había alcanzado el punto superior al que los jesuitas buscaban conducirlo”. La originalidad y la independencia de pensamiento, el amor a la verdad por su propio mérito, el poder de reflexionar y formar juicios correctos no sólo eran negados, eran suprimidos en el sistema jesuita’, (Painter, P. 172).”El sistema jesuita de educación tuvo un éxito rotundo, y por cerca de un siglo, todos los hombres destacados entre la cristiandad procedieron de las escuelas jesuitas.” (Rosencranz, P. 272).
EL ÉXITO DE LAS ESCUELAS JESUITAS. — Acerca del éxito del sistema educacional jesuita en sobreponerse a los descuidados e indiferentes protestantes, leemos: “Se salieron con la suya”. Opacaron las escuelas protestantes y como un parásito, les chuparon la vida... “Sus labores estaban por sobre todo dedicadas a las universidades. Los protestantes sacaron a sus hijos de las escuelas lejanas y los pusieron bajo el cuidado de los jesuitas. Los jesuitas ocuparon las sillas de los profesores. . .Conquistaron a los Alemanes en su propio terreno, en su misma casa, y le arrebataron una parte de su tierra natal.” (Rosencranz, p. 272).
Esta conquista continuó rápidamente por casi todos los países de Europa. Conquistaron a Inglaterra llevando a los jóvenes ingleses a Roma y educándolos en escuelas jesuitas, y enviándolos de regreso como misioneros y maestros a su tierra nativa. Y así se establecieron en las escuelas de Inglaterra. Los jesuitas invadieron también el Nuevo Mundo, quedando completamente establecidos, y han estado empleando aquí sus métodos característicos desde entonces. Aquí, como en otra parte, su único propósito es “obtener la dirección absoluta de la educación, para que al tener a los jóvenes en sus manos puedan moldearlo según su propio patrón.” (Footprints of the jesuits, P.419).
“En el espacio de cincuenta años desde el día que Lutero quemó la bula pontificia de Leo frente a la puerta de Wittembers, el protestantismo ganó su más alto poder, un poder que pronto perdió, y que nunca ha recuperado.” (Macaular’s Von Ranke).
“¿Cómo fue que el protestantismo logró tanto, y no obstante no continuó?, ¿Cómo fue que la iglesia de Roma, luego de haber perdido una gran parte de Europa, no sólo dejó de perder, sino que en realidad recuperó cerca de la mitad de lo que había perdido? Ciertamente esta es una pregunta sumamente importante y curiosa.” Ya hemos dado la respuesta, sin embargo Macaulay, quien conoció la parte jugada por las escuelas jesuitas fundada por Loyola, expresa muy bien la respuesta en estos términos: “Tal fue el célebre Ignacio Loyola, quien, en la gran reacción desempeñó la misma labor que Lutero jugó en el gran movimiento protestante. Fue a los píes de ese jesuitas que los jóvenes de las clases alta y media fueron criados desde la niñez hasta la hombría, desde los primeros rudimentos hasta los cursos de retórica y filosofía... La gran orden salió venciendo y para vencer... Su objetivo primordial era que ninguna persona fuera sacada del gremio de la iglesia.”
LA PERSECUCIÓN DE LA HEREJÍA DERROTA LA CAUSA PROTESTANTE: — Macaulay expone la derrota del protestantismo y del éxito del papado en estos términos: La guerra entre Lutero y el papa Leo fue una guerra entre la fe firme y la incredulidad; entre el celo y la apatía;  entre la energía y la indolencia; entre la seriedad y la frivolidad; entre la moralidad pura y el vicio. Muy diferente fue la guerra que el protestantismo degenerado tuvo que emprender contra el catolicismo regenerado” hecha posible por el sistema educativo jesuita. “Los reformadores habían contraído algunas de las corrupciones que precisamente habían sido condenadas en la iglesia de Roma. Se habían vuelto tibios y mundanos. Sus grandes líderes de antaño habían sido llevados a la sepultura y no habían dejado sucesores... Por todas partes en el lado protestante vemos languidez; por doquier en el lado católico vemos ardor y devoción. Casi todo el celo de los protestantes se dirigía el uno contra el otro. Dentro de la iglesia católica no había serias disputas sobre puntos de doctrina... Por otra parte, el ejército que debía haber peleado la batalla de la reforma se gastó en conflicto civil.”
EL PAPADO APRENDIÓ UNA AMARGA LECCIÓN EN EL TRATO CON LOS HEREJES. A PARTIR DE LA REFORMA CONSERVA SU FUERZA PONIÉNDOLOS A TRABAJAR.
Macaulay dice: “Roma entiende cabalmente lo que ninguna otra iglesia jamás ha entendido—cómo tratar con los fanáticos— La iglesia católica ni se somete al fanatismo ni lo prescribe, sino que lo usa... por consiguiente lo enrola (al fanático) en su servicio… para un hombre de esta mentalidad no hay lugar en el gremio del establecimiento (de las iglesias protestantes ortodoxa). Él no ha estado en ninguna Universidad;… y se le dice que si permanece en la comunión de la iglesia, debe hacerlo como un oyente, y que, si está resuelto a ser un maestro, debe comenzar siendo un cismático (un hereje). Pronto el cismático hace su elección; pronuncia un discurso inquietante en Tower Hill o en Smithfield. Una congregación es formada, y en pocas semanas la iglesia (protestante) ha  perdido para siempre cien familias.”
El papado fue más sabio que el protestantismo en su trato con aquellos que se volvían un tanto irregulares en sus puntos de vista. El papado gastaba poco tiempo con las dificultades de la iglesia. Dirigía los  esfuerzos del cismático, en lugar de intentar obligarlos a salir de la iglesia. “Al fanático ignorante que la iglesia inglesa convertía... como un enemigo de lo más peligroso, la iglesia católica lo convertía en un campeón. El papado le pide que se deje crecer su barba, le cubre con una capucha y una sotana de un material ordinario y oscuro, le ata un cordel en su cintura, y lo envía a enseñar en nombre del papado. Él no le cuesta nada al papado. Él no toma dinero del clero regular. Vive de la limosna de aquellos que respetan su carácter espiritual y están agradecidos por sus instrucciones... Toda esta influencia se emplea para fortalecer la iglesia. . . De esta manera la iglesia de Roma une en sí misma toda la fuerza de la organización y toda la fuerza de oposición... Colocad a Ignacio Loyola en Oxford. Con toda seguridad que se convertiría en el cabecilla de una disidencia formidable. Colocad a John Wesley en Roma. Con toda seguridad se convertirá en el primer general de una nueva sociedad devota al interés y al honor de la iglesia.” (Macaulay’s Von Ranke).
La iglesia de Roma, desde su rejuvenecimiento, está literalmente viva con soldados resueltos, entusiastas, y celosos que no saben de otra cosa que sino vivir, gastarse, y morir por la iglesia. Esté decidida a conquistar y a traer de vuelta las denominaciones protestantes humilladas, impotentes y completamente subyugadas.  Tiene por todas partes, por medio de sus maestros jesuitas, editores, y oficiales públicos, hombres trabajando para amoldar el sentimiento público, para tomar las posiciones de control y de importancia en el gobierno, y sobre todo, obtener el control, por medio de sus maestros, de las mentes de los niños y jóvenes protestantes. Valora aquel inmortal principio, y hace uso de él, “Instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se aparataré de él.” (Proverbio 22:6), Permítanme educar a un niño hasta los doce años de edad, dicen los católicos, y permaneceré siendo un católico por siempre. Ahora podemos comprender mejor por qué aquellos reformadores ingleses no comprendieron el carácter y el peligro del sistema escolar en boga en Cambridge, Oxford, Eton, y Westmínster, e inconscientemente plantaron este sistema de educación en la costa de su nueva tierra y en cada una de sus escuelas cristianas. Ignorantemente la fomentaron y la diseminaron, y sus sucesores, como los sucesores de Lutero y Melanchton, se infectaron tanto con el espíritu de Roma que para el 1844 las iglesias protestantes moralmente eran como su madre. (La Iglesia Católica).
Con esto hemos estado investigando el origen de las raíces que sostuvieron el árbol de la educación en los Estados Unidos. Mientras que Harvard, la primera escuela en nueva Inglaterra, al principio “era un poco más que una escuela de entrenamiento para ministros”, y “La Biblia fue sistemáticamente estudiada”, sin embargo queda claro para cualquier estudiante del plan de estudio de Harvard que, aparte de la enseñanza de la Biblia, su currículum fue diseñado de acuerdo a Eton, Rugby, y otras notables escuelas inglesas que estaban basadas todas en el sistema de Sturm. Yale, Willíam, y Mary, y otras instituciones de los Estados Unidos fueron diseñados según este mismo sistema. He aquí la América Protestante entrenando sus hijos en escuelas que fueron diseñadas de acuerdo a las escuelas papales de Sturm.
EL SECRETO DEL RECHAZAMIENTO DE LAS DENOMINACIONES PROTESTANTES en 1844 está contenido en la historia educativa dada hace un momento. Vemos que, aun cuando persistían en la forma del protestantismo, su sistema educativo continuamente infundía la vida del papado en el estudiante. Esto produjo una forma de protestantismo imbuido con el espíritu papal. Esto significa, Babilonia. ¿No deben nuestros estudiantes cuestionar seriamente el carácter del sistema educativo baja el cual están, no sea que se encuentren en la compañía de aquellas cinco vírgenes fatuas que serán rechazadas en el tiempo del fuerte clamor, al igual que las grandes iglesias cristianas que fueron rechazadas en el tiempo del clamor de medianoche porque no lograron entender la “verdadera ciencia de la educación.”?  “No vinieron a la línea de la verdadera educación,” y rechazaron el mensaje.
CIERTAS IDEAS DIVINAS DE REFORMA EN EL GOBIERNO CIVIL fueron recibidas de Dios por algunos hombres en este país (U.S.A.) durante los días de la herida del papado. Estos hombres se atrevieron a enseñar y practicar estas verdades. Fomentaron los verdaderos principios del gobierno civil a un punto tal que el mensaje del tercer ángel pudiera ser entregado bajo su amparo. Pero el sistema papal de educación, según era operado por las iglesias protestantes, fue una constante amenaza para esta reforma civil, porque las iglesias no se desprendieron del proceder clásico medieval de conceder títulos y honores sin los cuales es difícil que la aristocracia y el imperialismo prosperen en la iglesia o en el estado. Pero a pesar del fracaso de las iglesias de desprenderse de este sistema, los reformadores civiles repudiaron las coronas, los títulos, los honores y todo lo que habría perpetuado la aristocracia y el imperialismo Europeo. Las iglesias, a causa de que todavía se adherían al sistema educativo papal fueron los responsables, no sólo del espíritu papal dentro de sí mismas, sino también por el retorno del imperialismo ahora manifestado tan claramente por nuestro gobierno, y especialmente digno de atención su tendencia a la centralización como las federaciones, monopolios, y los sindicatos.
El año 1844 fue uno de los periodos más críticos en la historia de la iglesia desde los días de los apóstoles. La mano profética había estado señalando ese año por siglos. Todo el cielo estaba interesado en lo que estaba por acontecer. Los ángeles trabajaron con intenso interés por aquellos que decían ser seguidores de Cristo para prepararlos para que reciban el mensaje que debía llegar al mundo de entonces. Pero la historia citada arriba muestra que las denominaciones protestantes persistieron en el sistema de educación que tomaron del papado, el cual completamente las descalificó tanto para recibir como para dar el mensaje. En consecuencia, les fue imposible preparar hombres para que lo proclamasen.
En el año 1844, el mundo se estaba aproximando al gran día de la expiación del santuario Celestial. Anterior a esta fecha, la historia registra un notable movimiento educativo cristiano y un reavivamiento religioso extraordinario. Las iglesias populares se estaban acercando rápidamente a su prueba crucial. Y Dios sabía que les era imposible portaran aceptablemente el mensaje final a menos que pudieran “venir a la línea de la verdadera educación.” — A menos que tuvieran una clara comprensión de “la verdadera ciencia de la educación.” Estas palabras eran aplicables a ellas: “Ahora como nunca antes necesitamos entender la verdadera ciencia de la educación. Si dejamos de entender esto, nunca tendremos un lugar en el reino de Dios”.
LO QUE LAS IGLESIAS PROTESTANTES ENFRENTARON EN EL AÑO 1844, NOSOTROS LOS ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO-DÍA LO ENFRENTAMOS HOY. Veremos cómo las denominaciones protestantes se opusieron a los principios de la educación cristiana y así dejaron de preparar a sus jóvenes para que dieran el clamor de medianoche. Los jóvenes Adventistas del Séptimo-Día, miles de los cuales están en las escuelas del mundo, no pueden darse el lujo de permitir que se repita este fracaso. La caída moral de las iglesias protestantes que causa el poderoso clamor, “ha caído Babilonia, ha caído”, (Apoc. 14:7) nunca habría ocurrido si ellos hubieran sido fieles a los principios de la educación cristiana. Si los Adventistas del Séptimo-Día se allegan al fuerte pregón con la misma experiencia que se allegaron los protestantes al pregón de media noche, serán también vírgenes fatuas para quienes también la puerta estará cerrada. Todas las vírgenes de la parábola de Cristo tenían lámparas, las doctrinas; pero carecían de un amor a la verdad que encienden a estas doctrinas. “La ciencia de la verdadera educación es la verdad, la cual ha de quedar grabada tan profundamente en el alma que no pueda ser borrada por el error que abunda por doquiera. El mensaje del tercer ángel es verdad y luz y poder.” (Joyas de los testimonios, tomo 2, P. 412). ¿No es la educación cristiana, entonces, la luz para las doctrinas? La educación papal no enciende esas lámparas, porque es oscuridad.
Ciertamente este es un tiempo solemne para nuestros jóvenes Adventistas del Séptimo-Día, un tiempo cuando cada maestro en la tierra, cuando cada estudiante y futuro obrero misionero en la iglesia, debe mirar la situación honradamente y determinar su actitud hacia los principios de la educación cristiana. Puesto que “antes que podamos llevar el mensaje de la verdad presente en toda su plenitud a otros países, debemos romper primero todo yugo. Debemos venir a la línea de la verdadera educación”. (The Madison School, p. 30). “Ahora como nunca antes necesitamos entender la verdadera ciencia de la educación. Si dejamos de comprender esto, nunca tendremos un lugar en el reino de Dios”. (White, Christian Educator, August, 1897 Ver también Mente, carácter y Personalidad, p.53.]). Estamos tratando con un asunto de vida o muerte.

Por
Dr. E. A. Sutherland

Fuente: UPA VISIÓN



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